20101011

EL SENTIDO DEL COLOR


Como es bien sabido por los despojados
la vida en amarillo no es eterna
pronto el rumor de la lluvia nos trajo
el desencanto y la pena

Lavamos en los charcos
la ambigüedad sin dejarla marchitar
siguieron viniendo sin falta
las estrellas esperando que una acción tuya le diera sentido
a todas esas mañanas jubilosas de higos y membrillos.

20100929

ASOMBROSO

¿No les a pasado que hay asuntos que no conciben? Por ejemplo: Hoy volví a pasar por el parquecito del infonavit donde desde que tengo memoria han estado cuatro arboles bellísimos todos alineados en perfecta simetría, los nombre los cuatro tauros( por su gallardía además de cabellaras frondosas y brillantes. Hace poco derribaron dos. Casi me da el patatús ante tan anatema, pero me conforme, pensando que ahí pararía la tala, Total que hoy que regrese solo queda uno! …Sano, bello, creciendo , estirando sus frondosas ramas, tiritando de miedo, gritando en su interior que no lo maten, a ningún vecino parece importarle , y por mas que pregunte a los cercanos del sitio, que sabían al respecto nadie dijo nada, nadie pareció sorprenderse, y yo me sentí fuera de lugar , preocupada por algo que a nadie le interesa. Y todo es silencio, los arboles mueren ante la mirada indiferente de los colindantes y los niños que a fuerza pasan por ahí para ir a la escuela. Que pensaran los profesores que a diario pasan por ahí? Concluyo cabizbaja una vez mas, ¿Por los arboles caídos, quién puede sentir nostalgia?

20100914

MUJERES FERALES


Mujeres Ferales
Por Aida Mendez
aidaaraceli@hotmail.es


Llegamos sedientos a la Plaza Santa Cecilia, nos recibió con ladridos gustosos la música norteña, miramos asombrados la fiesta del papel picado que adornaba el cielo y saludaba nuestras molleras. En pleno mediodía de domingo, nos sentamos en el portal acostumbrado a tomar cerveza y reconocer el lugar sembrado de personajes engalanados con su ropa dominguera, evocando alguna lejana plaza de pueblo. Escogí la algarabía para describirte las canciones que quería cantarte. Para la acostumbrada ceremonia de confesarte el pesar por la loquita, y mi intención de pedirte que le busquemos un nombre .Un nombre para la pobre loca, ¿lo pensaste alguna vez? Escogerle entre miles un solo nombre, podría ser ¿Carmen, Estefania, Julia, Elena, Jovita, Zulema?
¿Te preguntaste alguna vez si esa eterna infanta extraviada tiene alguno?
Cuando llegamos después de un seis de Tecate tibias a ese nuevo cafesin imitación europeo, y yo sintiéndome turista en mi ciudad, leyendo las malas noticias cercenadas en el diario local, y tu gentil y tributario enfriabas mi te, le dabas sorbitos precavidos. La descubrí en la acera vecina vi sin mover una pestaña embellecida con mi rimel maybelin, como aspiro con fuerza ensanchando los pulmones como si en el aire encontrara la valentía para animarse entrar al Kentoky, con difilcutad apenas alcance a ver desde la comodidad de mi silla ancha y de mimbre la reacción de los empleados que la sacaron a empujones y con la repulsión dándole el acertado matiz a sus refinadas narices, uno con un trapo limpamesas usándolo como chicote, y otro con el palo de trapeador amenazaba con golpearla , amedrentándola como hacen con los animales del circo, Barnum & Bailey la Ida de la mente salio sin hacer ningún gesto alzando los hombros con resignación, continuando su camino, asumiendo sin reproche que no era bienvenida, se alejo como lo hacen los perros ferales, sumida en su embelezo de inconciencia, y yo supuse que alguna vez fue un ser domesticado. tu me dijiste que quizás intentaba rescatar algunas sobras de las mesas, yo pensé que quería entrar al baño, no se por que pero estaba segura que buscaba un lugar donde orinar con algo de privacidad, por que las locas también orinan, ¿no? También se lavan las manos después de hacer caca, también evitan sentarse en la taza y se miran al espejo y se arreglan el pelo y evitan tocar la puerta al salir … La trastornado eterna infanta estaba descalza, sucia tan sucia como las calles de la revolución, llena de smog, como si el tizne fuera el estigma de las desamparadas, de las sucias de las solas, de las personas que a nadie le importan que bien pueden morir de frío o atropelladas, sin que nadie reclame su percudido cadáver. Y yo a unos metros de ella me preguntaba, si tendría algún nombre, si alguna vez tuvo madre, si fue feliz, como es que perdió el rumbo hasta desperdiciarse en las calles. Rumié frente a ti con ese tan familiar sombrero en buscar algunos zapatos entre mis cosas, especulamos los dos sobre la reacción que tendría si me planto frente a ella y le doy las zapatillas azules ¿podría andar con tacones cuando recorre toda la ciudad sin tregua? Imagine que quizás se pondría contenta por que seguramente aun en su chifladura tiene su vanidad femenina, pero también pensé que podría tirarme con los zapatos en la cabeza, y con ese temor que le tengo a las locas, decidí que no era buena idea pagar en el acto a cuenta, caminar de prisa al Sambors, comprar un chocolate en dulcería y pedir que nos sellaran el ticket del estacionamiento y de prisa bajar en tu rutilante troquita blanca por la nueve hasta llegar a mi la casa, buscar los tacones azules y regresar a buscarla. Nos quedamos, silenciosos mirando la indiferencia en el fondo de la taza ajados los ánimos, despidiéndonos del sol, viendo aparecer algunas timoratas estrellas

Después de media docena de canciones macilentas en el Dandy caminamos muy tarde sin evitar la lluvia, las calles estaban prodigiosamente solitarias, apenas alcance el transporte publico y tuve suerte de subirme en la ultima calafia, la bullanguera plaza estaba desértica, el papel picado desgarbado escurría ya sin su altanero colorido, nada mas los charcos reflejaban la profundidad nocturna con algunas crepitantes estrellitas, bolsas y mas bolsas de basura desfondadas esparcían los desechos urbanos de la zona centro por las banquetas, el olor a drenaje viejo, entraba por la ventana, rancio y con imprudencia. Algunas mujeres de minifalda y piernas con hematomas de frío caminaban hacia la zona roja, sus tacones altos les dificultaban caminar. El chofer de la calafia no aminoro la velocidad para dejarlas atravesar la calle, yo mire mis pies helados que entumidos casi no se podían mover dentro de mis sandalias vistosas y una canción se desbordaba entre los pasajeros de caras mortecinas, recargue la cabeza en la ventanilla y justo al pasar por el banco de la calle segunda vi de nuevo a la pobre mujer de nuestras cavilaciones domingueras, junto al cajero automático, devorando con avidez una bolsa de frituras, todavía descalza pero seguramente con la esperanza que algún usuario desbalagado y trasnochado le regalara algunas monedas.

20100713

Tecla Do, EXTRAVIOS DE BABELIA

Si tuviera que hablar de libros por que mi vida depende de ello y me dijeran: o hablas de un libro o te mato, me quedaría en silencio, pues en el mundo de los libros todo es relativo y como decía mi Bisabuela Doña Úrsula Muñoz viuda de Pérez y Montelongo… En Gustos se rompen géneros y en empedrados tacones…

Y como nunca falta un roto para un descocido y una media sucia para un pie podrido..

Les recomiendo mi intento de novela. Titulado por mi misma como:

“Espejo de Familia “

o “Las locura de una tía llamada Juana “

(Creían que me dejaría matar) Cuando de libros se trata puedo tener buenos decires o maldecires y no se guardar ese silencio tan apreciado en los conciertos de la O.B.C . y que tanta falta hace)

Volviendo a lo anterior , son títulos Provisionales , que cuando mi editor termine de arriarme y de darle las ultimas muchas correcciones, seguramente le pondrá un titulo rimbombante y distinguido algo así: como " chatu de chantillí o Chipre de Coty”

Pero aunque si reconozco que es importante que mi librito tenga un titulo llegador y con solo dos o tres frases despierte el interés , por ahora me conformo con mis títulos convencionales y carentes de mercadotecnia y prefiero escribir, estoy en un capitulo muy padre donde fluyen las ideas con facilidad gracias a las técnicas aprendidas en el taller de novela de mi muy querido y respetado profesor Heriberto Yepez.

Y bueno en este capitulo, un ratón azul y mago intenta convencerme de poder concederme un deseo, yo respondo que para azules y ratones , tengo muchos cerca de mi cantón, y como Satanás a Cristo mientras alzo el periódico pesadísimo en malas noticias, le pregunto inquisitivamente furiosa y sarcástica como quiere salvarme si puede salvarse el…
Si, lo se, mis historias carecen de imaginación… pero lo mas recomendable para no quedarse con la duda y juzgar con precipitación y hacer conjeturas especulando sobre algo no leído les recomiendo el capitulo que aparece en este mismo blog titulado “ El incendio de Afrodita”

Sus comentarios no son bienvenidos así que inútil molestarse en escribir

Desde la Nueva Babelia en el Tecla/Do

Ya les informare de sus nuevos capítulos …

20100217

En la busqueda de las significaciones‏ ( Para Ines )

Acababa de encontrar a mi gemela en el espejo, ella era mas esbelta, graciosa en sus movimientos, proyectaba una personalidad audaz, y segura, ella era mas bella. En cambio yo paliducha, torpe, y fea.

Termine de secarme el pelo y me fui directo al Mercado Hidalgo por los nopales, y las tortillas, andaba de suerte ya que encontré que la caja de fresas había bajado de precio y por ochenta y cinco pesos compre una caja entera. Cuando estaba haciendo fila para comprar dos kilos de tortillas y uno de masa, ya me haba arrepentido de mi compra, las doce rejitas de fresas pesaban como cuatro kilos, y con los dos de nopales y las cebollas, y los chiles habaneros, ya me dolían las manos.

Estaba mirando a los compañeros de fila, cuando llego Inés, me toco con el índice arriba del omoplato y me dio que onda Aída, yo disimule mi enojo, y le dije que ondas? Me quede mirando su mochila en forma de sombrero de mago. Pensando en mis adentros no tan profundos que si le hubiera hecho eso ( de picarle la espalda con un dedo) a mi gemela, la morra no hubiera salido bien librada, pues mi gemela es intolerante y muchas veces olvida por completo la prudencia, pero la que estaba ahí en la fila era yo, la cordura andando, y como siempre soy amable y buena onda, hasta deje entrar a Inés en la fila, claro que protestaron los que estaban detrás de nosotras, y como era yo misma ,y no mi gemela pues simplemente no había fijon, si me sentí incomoda, me hice la que no escuchaba y le ofrecí a Inés un trago de mi tejuino con helado de limón, que estaba muy frío acido y salidito a la perfección, le ofrecí a Inés, nomás para fingir que no me molestaban las protestas de los que hacían cola, aclaro que ahora le cambio por cola por que los imagine como la bola de burros que se transforman en la película de Pinocho, y esas personas reunían el perfil perfecto de burro, sus zapatos llenos de lodo seguramente por las recientes lluvias, y con el pelo pastoso, sus modales abúlicos, como que nada las importa, , en cambio el yo con el pelo negro brillante, gracias el preference de loreal, y con el alaciado perfecto que me asegura ese shampoo que anuncian en la tele, y me lo deja sedoso brillante, y con una esplendida caída,

Comparaba mi hermoso pelo con las greñas de mis compañeros compradores de tortillas, cuando Inés me toma la palabra y en un abrir y cerrar de ojos ya tenia sus labios en el popote de mi bebida prehispánica, casi me da el patatús, como es que esta muchacha imprudente no sabe distinguir entre un simple atención y una propuesta seria, adiós refrescante bebida.

Cuando toco nuestro turno, Inés compro un kilo de tortillas, saco una de la bolsa y comenzó a comérsela con gusto, me ayudo con mis bolsas y cruzamos la avenida conversando contentas, cuando pasamos por el árbol feo de hojas grandes y redondas, flores naranjas de bella forma pero color desagradable, le comente mi impresión sobre ese árbol , las dos estuvimos describiéndolo como su fuera un ejercicio literario para la mejor novela de árboles que alguna vez se pudiera escribir, seguimos nuestro camino con nuestra pesada carga e tortillas y fresas pasamos por el puente y vimos sus habitantes frecuentes secando cobijas y tapetes al sol .. Pobres personas me dijo Inez, yo dije si , con cara de resignación y le comente de una nueva película, Inés hizo una larga lista de películas tristes , también de algunas, de humor negro, hasta de grandes directores, por que Inés es una cinéfila empedernida, y sin cura.

Cuando llegamos a mi cantón, ya tenia en mi cerebro la reseña de mas una docena de películas, las manos adoloridas y las botas apenas me sostenían, dejamos las bolsas sobre la mesa y también la mochila, note que se movía y le pregunte que es lo que traía dentro, Inés me dijo que un regalo y me sentí un poco apenada por mi curiosidad, que pensando como pensaría mi gemela ella no se hubiera conformado con esa respuesta hubiera ido directo a la mochila con forma de sombrero de mago y la hubiera abierto hasta saciar su curiosidad, pero no la preguntona era yo, y no me gusta incomodar a los demás.

Tomamos café y galletitas de naranja, lave unas fresas y nos las comimos con miel y queso cotage y almendras en hojuelas, me brillaban los ojos, por que las fresas me gustan mucho, pero ya estaba sintiendo en la tripería las molestias de la lactosa, parecía que mil gallinas cacaraqueaban en mi vientre. Saque una colección de rolas de los ochentas he Inés quiso cantar conecte el karaoke, y juntas entonamos algunas de Madonna, de Cindy Lupper y Boy Goerge. Con mi lindo peinado arruinado, y el corazón a punto de salirse de mi pecho, veo el reloj, apenas podremos estar a tiempo para ver el estreno de Alvin y las ardillas, salimos de prisa , casi corriendo, lo bueno que plaza rio esta muy cerca de mi casa y que era yo la que acompañaba a Inés al cine pues de haber sido mi gemela, se hubiera negado y sus argumentos serian larguísimos intolerantes y despiadados, acusaría a Inés de saboteadora de salidas, incluso se que le apuntaría con el índice y casi le picaría los ojos, enseñaría los dientes y los orificios nasales se extenderían llenos de rabia, y que decir de sus palabrotas, difícil de soportar..

Pero lo bueno que era yo que en lugar de enojarme agarre cura de nuestras botas pisando los charcos. De correr entre el trafico como en una pelicula.

Apenas llegamos a tiempo y aun así Inés insistió en comprar palomitas helado y soda, pagamos de prisa y olvide tomar toallitas, al rato a media película no hallaba n donde limpiarme los dedos, con nostalgia infantil escuchábamos a Alvin cantar recordando al imprudente pánfilo, una ardilla de mis tiempos que cantaba para los niños, Inés no lo conoció, tuve que platicarle en medio de la película, y varias veces nos callaron.

Salimos satisfechas del cine, cruzamos a la plaza nos sentamos en la barra del sótano todavía tenia vigencia el dos por uno así que pedimos una jarra de cerveza ámbar y nos dieron dos, cuando nos vio el vampiro, bajo de la cabina de sonido y nos saludo muy efusivo, platicamos de unas rolas le pedí pusiera alguna de Stix o de Toto, quizás Alan Parsons,

Llego en ese momento nuestro plato de bocadillos y sin pedir permiso el vampiro tomo en pedacito de jamón serrano y queso, arquee la cejas con admiración , pues de haber estado ahí mi gemela, seguro tiraria el plato al piso, se haría la tonta y fingiendo arreglarse el pelo, diría ay que tonta soy, pero no la que estaba ahí era yo, me quede en silencio con ganas de preguntar que si había descuento cuando un empleado meta la mano a el plato de los clientes, Inés buscaba su destino el el fondo del vaso michelado, yo estaba ansiosa por escuchar las rolas prometidas por el vampiro y movía el pie derecho al compás de una rolita de Santana. Cuando el Vampiro se despidió y su jugosa boca toco mi mejilla, aspire el olor del shampoo , lo bueno que era yo, por que de haber estado ahí mi gemela, seguro se hace la despistada y le pone los labios, cuando el le preguntara por que hiciste eso, ella contestaría para conocerte mejor, el respondería me dicen el vampiro no el hombre Lobo, mi gemela, pondría cara de enfado y le daría la espalda, en cambio yo, solo veo un cielo enorme y despejado dentro de sus ojos limpios, suspiro y le digo al rato nos vemos.

Las rolas ochenteras se comenzaron a escuchar, Inés quiere Rock en español, yo apruebo su petición, y le doy al mesero una servilleta donde Inés anoto los títulos de algunas rolas que fueron populares en los 90tas. Lo bueno que era yo, por que de haber sido mi gemela, seguro rompería la servilleta en pedacitos con rabia, no le daría explicación por supuesto, por que ella nunca explica ninguna de sus acciones, pero como la conozco muy bien se que no puede con los recuerdos , y con Café Tacuba, y los hijos del quinto patio, y algunas de Tijuana no, recuerda a sus hermanos, y no puede con el recuerdo y entre copas y lagrimas no diría el motivo de su pesar , solo se encogería de hombros iría al tocador a arreglarse el maquillaje, y pintarse los labios de un rojo mas profundo,

En cambio yo, escucho esas canciones, y nomás suspiro, disimulo el dolor y me hago la que no escucho, niego cualquier sufrimiento y hasta tarareo la negra Tomasa, y bailo el microbito,



La noche nos enfría la conciencia las horas terminaron con nuestro poco dinero. Inés saca de su mochila un conejo y lo pone en las manos, casi me da el patatús por que le tengo fobia a los animales peludos, ella no entiende el por que de mi cara de susto, y yo con el conejo en mi regazo le agradezco el detalle, mientras ella me dice que se llama Lewis Carroll, ah que chido además tiene apellido! Me río, y el conejo quiere escapar de mis piernas, pagamos la cuenta nos están echando del lugar no se admiten mascotas, nos dice el empleado, yo pienso en los burros, los cochinos y los perros que con corbata se rien a carcajadas en las mesas de al lado, pero lo bueno que soy yo, de haber estado ahí mi gemela, la arma en grande, alegando violación s sus derechos mentando madres y tirando al piso todo lo que encontrara a su paso, pero soy yo la que esta ahí, con Inés en completo control el conejo peludo que me da miedo entre las manos.



Casi don las doce cuando me despido de Inés, ya lleva dos miadas de conejo mi falda negra. Inés me dice adios y me ofrece su mochila en forma de sombrero de mago para el conejo, yo la acepto y siento un gran alivio cuando dejo de sostener a ese animal paton y orejudo,



Llego a casa y mis hijos jubilosos reciben al conejo Lewis. Cuando me miro en el espejo, encuentro mi cara..chin! he dejado de ser yo, soy mi gemela y al día siguiente el guisado es de conejo.

20100129

ATMÓSFERAS DE REMEMORACIONES (TITULO TOMADO DEL LIBRO HACEDORES DE IMAGENES DE ROBERTO ROSIQUE)


Iban a dar las once de la mañana, cuando me llamo el Pancho, era 28 de Enero, lo que pronto dejaría de ser mañana, le daba paso a la tarde, Yo no había desayunado, apenas traía un café marino en el estomago, por que se termino el Folgers barato.
Cuando respondí el teléfono, el abuelo me dijo paso por ti en 26 minutos espérame abajo, yo estaba lavando los platos, y escuchando un cidi de Omara Portoundo, al compás del Son, termine con los sartenes, me quite el mandil, medio me arregle el pelo, di instrucciones a mi prole de calentar el caldo de pollo a las dos, apagar el estereo, hacer las tareas y guarde un kilo de tomates en el refrigerador, la sopa de arroz casi estaba lista, así que espere cinco minutos , shaineando mis botas, y me lleve la basura al contenedor de pasada, cuando baje había un indigente en el contendor , comiendo los restos esqueléticos de un pollo rostizado, sentí pesar pero el abuelo ya estaba en el carro, esperando desesperado y hacia una escandalera con el claxon, así que no pude hacer nada por ese hombre , ni cambio traía y ya me habían dicho mis amigos que no me acerque a esos tipos , que no veo por que me podrían lastimar, cuando solo quiero ayudarlos, pero mi fingida precaución, mi falta de cambio y la prisa con la que me llamaba el Pancho, me hicieron seguir mi camino, casi corriendo ..

Lo primero que me dijo el Pancho fue: Feliz 14 de febrero, yo arrugue la nariz y le dije es 28 de enero, el me respondió que que importancia tenia que cualquier día era bueno para celebrar la amistad y el amor, yo me encogí de hombros y dije es cierto, a donde vamos, a donde sea, dijo el abuelo.. y le subió el volumen al estereo y salimos de la zona rio escuchando a Eddie Gurme y los Panchos, las guitarras replicaban en mis orejotas de burro, y me sentía como cuando el burro Bimbo el habitante de la revu, fue a la ciudad de México, y en la foto de Ana María Herrera, luce sumiso y desconcertado. Pero no dije nada, y cante con el abuelo vereda tropical, cuatro vidas y la luna lunera…

Lo primero fue comprar unos clamatos gigantes con mucha almeja, y demasiada tabasco, por que a mi me gustan picositos: ya íbamos por el segundo cidi, y ahora un tipo raro llamado Donovan nos alegraba el camino, el abuelo se acordó de Luis Humberto Croswaihte, , yo dije un ah! y un mmmm…, dos burritos del Bol Corona, y enfilamos por la carretera vieja a Tecate muy contentos, el paisaje es seco, tan seco que da sed, en una hielerita que compramos en el oxxo, llevábamos unos seis, yo tomaba tragos aletargados, pues ya no pisteo y me hago guaje, como que si tomo, pero al Pancho eso lo tiene sin cuidado, el ruido de la troquita parsimonioso, interrumpía nuestra conversación sobre la nada, y yo miraba por la ventana, los trailers, el camino polvoriento y medio amargo,
Pongámosle otra música al camino, le dije al abuelo, saque un cidi de la Rocio Durcal y acompañados de Amor Eterno, entramos a Tecate cuando iban a dar las cuatro.

Yo ya me andaba miando, así que en la primera estación de gasolina paramos, estiramos las piernas y de ahí directo a la plaza, dos tarros de cerveza, fría nos recibieron, un cuervo se comía los restos de lo que no fue una blanca palomita, y unos perros flacos se nos acercaron, pedimos quesadillas por que el abuelo es vegetariano, y platicamos con un bolero, que no era el de Ravel, sino el que limpia zapatos, llego el Marco Morales, con una novela bajo el brazo, se sentó junto a nosotros, y no dijo ni pío, solo le mando saludos conmigo a Ignacio Habrika, yo prometí hacerlo, y nos fuimos al bar Diana, que desde luego solo quedan los escombros de lo que alguna vez fue la guarida, de los hermanos de la tribu de escritores, trovadores, locos y bohemios. Una cerveza mas para mi, cacahuetes y nueces indias, unas rolitas de Sonora para los dos, cantamos y nos contamos, historias de sufrimiento, que me duele el pecho por no amar, que los dientes por no enseñarlos junto con una gran sonrisa y los pies por no andar por las avenidas del prestigio y el éxito, hablamos de Julieta y acepte que la extraño, llego una loquita y me pidió para un taco, yo le dije al abuelo, por que siempre usan el mismo argumento, deberían de tener un discurso mas conmovedor, pero ahora hasta flojos y poco creativos se han vuelto los pedigüeños, en mi infancia allá en Jalisco, cerca e mi casa esta aun la iglesia del santuario de Guadalupe, y mi bisabuela me llevaba los domingos a misa, había un limosnero, enjuto y arrugadísimo que me decía mientras hacia ruido con una monedas dentro de un posillo de peltre azul despostillado, una limosnita por caridad de Dios, y yo me conmovía tanto que le entregaba todo mi domingo.

Le digo a la loca, ¿ y de que vas a querer tu taco? Su olor rancio me ofende la nariz , la miro a los ojos y no miro mas que gris, no hay nada dentro, el pancho me dice a esta mujer el alma se le escapo, pagamos la cuenta y le decimos a la loca que ya la bautizamos como Lucrecia, que venga con nosotros, ella nos sigue junto con sus 4 perros y su fétido olor, mis botas caminan derechito a un puesto de tacos varios y Lucrecia pide uno de milanesa otro de chicharrón el ultimo de chile relleno, comía lentamente y le daba de su mano a los perros, le compramos un café en un Oxxo y ella y sus perros nos seguían sumisos. Del brazo de abuelo, el mundo es mas bueno, lo frío de la noche me calo la espalda, me enfrío las piernas y me entumió los dedos gordos de los dos pies cansados.

Lucrecia la desalmada con sus ojos huecos, seguía a nuestro lado, me toco el pelo y me dijo bonita, yo saque el labial de mi bolsa de cosméticos y pinte sus labios agrietados de rojo pasión y no le preste mi espejito, sentí temor de que al encontrarse a si misma en el, lo rompiera en pedazos y su locura aumentara, seria mejor que continuara perdida, y no en un espejo, el pancho me dijo tiene frío, yo con cara de Leonard el del programa de televisión la teoría del Big ban, dije si, casi como quejándome y el abuelo se quito el sueter se lo dio. Nos despedimos de Lucrecia y nos fuimos a la terminal de camiones, quedaba un seis competo en la hielera del oxxo que fiel nos espero en la troquita , escurriendo el abuelo la pone en mis manos, yo no lo quiero, como voy a llegar a Tijuana con el seis ¿!
El pancho no acepta peros, y pago mi boleto de regreso con el seis de compañero.

Tengo que despedirme, el abuelo me promete vernos el martes , yo le digo adiós, las estrellas ya están parpadeando, los pasajeros con cara de hastío viajan a mi lado, yo confundo las luces de los carros con las estrellas del cielo de Tecate, un seis descansa como niño recién nacido placidamente en mi regazo, escribo en mi libreta un poema mas a los árboles, y la carretera me deja en la zona centro de Tijuana, sigo caminando con el seis, y el olor del mercado del Popo, es a putrefacción, quizás por la gente que vive en el palacio de la cultura, frente a la Dax, me subo al taxi morado que me trae a mi canton, en mi I Pop, una rola del gato Barbieri, en mi pecho el mismo corazón desolado he injusto que no es feliz a pesar de tanto que tengo.
AiMe
2901010